Entrevista

DOCTOR PORFIRIO SÁNCHEZ FUENTES
Entrevista de Prensa al Panamá América Periodista responsable: Egbert Lewis DIA D Domingo, 25 de noviembre de 2012. Edición 84.
Panamá América El lingüista decidió despertar el escritor que llevaba adentro y debutó ganando el Miró con un ensayo sobre la presencia africana en el habla del panameño. DR. PORFIRIO SÁNCHEZ FUENTES Doctor en lingüística. Profesor catedrático en la Universidad de Panamá y en la USMA Premio Ricardo Miró 2012, categoría ensayo. ‘No es FÁCIL ser profesor de Español’ La postrimería de la semana alcanzó al doctor Porfirio Sánchez en Bocas del Toro. Y no estaba allí disfrutando del premio que ganó por su ensayo ‘Presencia africana en el habla del panameño. Estudio sociolingüístico del negro colonial’ en la categoría ensayo del premio Ricardo Miró 2012, sino compartiendo experiencias con medio centenar de colegas. La de este año fue la primera incursión de este doctor en lingüística en el principal premio literario del país, y su obra mereció aprobación del jurado. El tema, la presencia africana en la lingüística del negro colonial. El mismo es el resultado de su peregrinar por la costa arriba y lugares como Viento Frío, Nombre de Dios, Palenque, Cuango, Palmira y Santa Isabel, entre otros. Al final llega a determinar que todavía subsisten en nuestro hablar términos con origen negro, aunque la población se haya dejado seducir por las influencias de origen galo e inglés procedentes de las Antillas Menores. Aún así, congo, fuácata, motete, mandinga, guandú, lócoro, soso y otras, están en los registros que también consignan la llegada, en algún momento, de negra conga y se menciona la venta o compra de negro carabalí. Sobre esto compartió experiencias con docentes de Bocas, Chorrera, Colón y del campus central, durante un simposio para analizar y diagnosticar la situación de la lingüística en Panamá. En medio de ello, también hubo tiempo para responder a Día D. ¿Qué tiene significativo su ensayo ‘Presencia africana en el habla del panameño. Estudio sociolingüístico del negro colonial’? Para mí, que viví el contacto con el calor humano, con el ritual congo, con las costumbres, un pueblo que disfruta el golpe de tambor, que tiene una historia, un lenguaje resultado de sus necesidades y limitaciones, que habla y se expresa con gracia y con particularidades de una cultura con unos orígenes que da tristeza recordar, tiene un gran significado, porque ha contribuido, al igual que otros lingüistas, que sin ser panameños nos han dejado profundos y ricos estudios, y que algunos de ellos como John Lipskly reclamaba que esperaba las respuestas de los panameños con estudios como los que él hizo. Puedo seguir enumerando las razones que llevan a uno a escribir un ensayo con algún rigor y ampliar las propuestas de investigación lingüísticas sobre el habla del panameño, y que al respecto hay muy pocos estudios. Y acercarse a estos grupos, al negro, al moreno, al chombo, al hombre de color, y otras denominaciones peyorativas, algunas de las cuales formar parte de nuestros panameñismos. ¿Qué revelación se puede destacar de este trabajo? La revelación la descubre Ud., como se dio con el jurado que decidió otorgarme el premio y valorar mi aporte. No tengo a la mano el informe, pero expresaron que era un estudio no solo importante para Panamá, sino para Latinoamérica. Al leer la hoja de vida de los integrantes, me llena de gran satisfacción que hayan visto alguna revelación. Como dicen por ahí: vive la experiencia, y conocerás a un sector de la población panameña que ha dejado huellas para algunos desconocidas. Es un estudio lingüístico en las áreas de la lingüística aplicada, de la dialectología, de la geografía lingüística, del folclor, de la geografía, de la historia, etc. ¿Podría explicar el concepto sociolingüístico? En la actualidad, en la adquisición del conocimiento, sabemos que las disciplinas funcionan de manera interdisciplinaria. Y en el enfoque lingüístico, el objeto de estudio de la lingüística es la lengua, pero vinculada a la sociología, debemos realizar el estudio dentro del marco social, y en ese camino, hay sendas para analizar la lengua en contextos sociales y culturales. En el caso que nos interesa, es la sociedad panameña y entramos al mundo de la dialectología y a las variantes lingüísticas, y nos ubicamos donde hubo presencia de negros, pero sobre todo, el negro colonial. ¿Por qué se ocupó en este caso del negro colonial? Porque había una labor que cumplir sobre el negro afroantillano, Encontramos más estudios, porque empecé a viajar a estos lugares y vi una mina que podía ‘‘explotar’’ y desarrollar. No me arrepiento, un miembro del jurado me dijo que había mucha información apenas esbozada y que daba lugar para otros estudios, y con gracia, me dice, otro premio. Está la cultura del congo estudiada por sociólogos, historiadores, antropólogos, pero con pocos aportes lingüísticos. Seguiré viajando, y ojalá con mejores respaldos. Pues detrás de este premio hay trabajo y poco respaldo económico. La proximidad, en cuanto al tiempo, se asocia el tema sociolingüístico panameño más con el Caribe que con África, ¿qué reflexión hace al respecto? Como sabemos, hubo negros en otras latitudes, por ejemplo, en negro yoruba. Pero si buscamos algo de este impacto como se dio en ese país, no hay muestras significativas en el negro colonial. Hay negros en Costa Rica, y sabemos la proporción y, por lo tanto, la condición en que viven. Y si vamos a Colombia, específicamente a Cartagena, nos dirán, tú pasas como colombiano, no estés diciendo que eres panameño si puedes pasar inadvertido, pero claro está que en algunos lugares de Colombia; esto es en la fisonomía, pero las variantes lingüísticas marcan diferencias. Líneas de contacto pueden darse cuando contamos con las herramientas: Tenemos estudiosos que examinan las procedencias de los negros que llegaron a Panamá por la línea directa del África en los registros, en anotaciones como negra conga, venta o compra de negro carabalí, etc. Pero los hechos históricos tienen sus especificidades, y como sabemos, Panamá, desde la época de la colonia, cumplió un propósito de tránsito y contamos con los registros del Camino de Cruces y las ferias de Portobelo. Por ejemplo, se sabe que el negro de Palenque huye y busca la Loma de la iglesia y allí se establece, hasta que se traslada a la costa. Después de cinco siglos, ¿Queda algún porcentaje de la influencia africana en el perfil lingüístico de los panameños de hoy? En Panamá, el fenómeno es diferente, por ejemplo, con Colombia, sobre todo para poner un ejemplo, en la región del Chocó. En esas regiones, el negro se mantuvo aislado y con formas lingüísticas de África. En Panamá, África está con palabras como mandinga, mondongo, fulos, cuango; ello quedó atrás. El negro colonial se incorpora a la cultura del blanco. Si buscamos un diccionario de los apellidos de Colón, no hay nada que suene africano; pero, sí a las Antillas holandesas, inglesas, y francesas. Hay un apellido Bula, reconocido como de origen africano. Para ello es el estudio realizado, recoger muestras y realizar análisis y comparaciones. El muestreo no es abundante por la explicación dada anteriormente. Suena a africano: congo, fuácata, motete, mandinga, guandú, lócoro, soso y otras que están en los registros. Es poca la información de las procedencias y de las castas de negros que llegaron a Panamá. Pero el estudio da para más.
¿Le parece que los panameños están conscientes de ese origen?
Algunos sí; otros, no. Y otros están equivocados, o han recibido informaciones no muy correctas. Recuerdo el censo realizado hace poco, y muchos de mis alumnos mulatos, blancos con el cabello ensortijado me preguntan, si me dicen que soy negro, ¿qué debo responder? Igual cuando entrevistaba a los costeños de costa arriba, África no tenía ningún significado para ellos. Ellos pertenecen a un país que se llama Panamá. Al respecto debemos teorizar y realizar encuestas y entrevistar y saldrían trabajos que den luces sobre la identidad del panameño y así saber ¿qué debe tomarse en cuenta para ser panameño? Pero el fenómeno es muy complejo ante la diversidad y el aporte de cada etnia. La parte biológica nos está proporcionando en la genética del panameño. Recuerdo lo que dicen los lingüistas del Perú: el que no tiene de inga (inca) tiene de mandinga. Y acá diremos el que no tiene de chombo... y como dice el poeta, con queja de indio y grito de chombo, pues aquí en Panamá los grupos se están consolidando y organizando, y vemos ya un festival de diablos, un festival de polleras. Con estas acciones están empezando a valorar sus orígenes. El hombre, en ocasiones, quiere conocer de dónde procede.
En cuanto al premio, ¿fue su primera experiencia?
Fue la primera vez y salí vencedor. ¡Qué bueno! No había participado antes. Para buscar una excusa, diría que quizás por estar entregado a la cátedra, a la docencia. La docencia responsable nos quita tiempo. Ahora siento que me llegó otro momento, despertar a un escritor que estaba dormido.
¿Qué lo motivó a participar?
Tengo una gran amiga, una señora con un “ojo muy especial” para leer y hacer aportes significativos. Me dijo: ya, presenta el documento, deja de corregir tanto, he visto trabajos que para mi gusto no tienen el nivel y han sido vencedores”. Me apresuré, investigué, aunque hubo ocasiones en las que me descuidé con la fecha de cierre.
En Panamá no hay de parte de los escritores mucha inclinación hacia el ensayo, ¿qué lo condujo a irse por ese género?
La verdad, debo ubicarme en mi contexto, la cátedra, la teoría, la investigación, la disciplina en el estudio. Un ensayista debe haber leído mucho y demostrar dominio temático y del uso de la lengua para cumplir con la función comunicativa, y recordar la función estética y poética, pues el ensayo es literatura de ideas, pero es un género literario. A ello debemos sumar otras funciones que complementan la función comunicativa, y atender la expresividad, el efecto que queremos producir y otros recursos fácticos, apelativos y, en ocasiones, una función metalingüística.
¿Cómo evalúa la situación lingüística en Panamá ante el hecho de que históricamente hemos estado influenciados por distintas corrientes?
Bueno, he aprendido con el tiempo y con las realidades que no es fácil la labor del profesor de español. Debemos esforzarnos por entender el fenómeno. En todas partes donde se habla español encontramos dificultades y reclamos y quejas como las que se escuchan en nuestro país. Panamá, con una geografía particular, país de tránsito, cosmopolita, todo ello vinculado al destino histórico y que marca particularidades lingüísticas. En todos los países en donde se habla el español, entendemos que hay una diversidad, y dentro de ella debemos buscar la unidad, porque, de lo contrario, vendría la incomunicación y el caos. La lengua española tiene prestigio, qué ocurrirá en el futuro, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que hubo presencia zoneíta y marcó huellas en la fonética, en el campo léxico-semántico y en las construcciones morfosintácticas en algunos casos. En Panamá se habla un español estándar, general, con variantes sociolingüísticas y culturales. No hay lengua que no haya recibido préstamos de otras lenguas. Entonces debe entenderse con criterios lingüísticos y hasta de política lingüística. Lo importante que debemos entender es que cada país latinoamericano tiene una identidad lingüística, y deben desarrollarse programas educativos para valorar la lengua como sistema y que se registra como oficial, sin perder de vista que no es tan fácil el dominio.
¿Existe algún peligro real para la lengua española?, si se puede definir así.
Ninguno. Se plantea así porque la lengua es un organismo vivo, empleado por seres humanos, y como tal, sujeto al cambio y a la evolución. Tenemos muchos testimonios de esos procesos de cambio. Lo que debe preocuparnos es proporcionar una educación que permita el empleo de la lengua con propiedad, y reconocer que hay contextos diferentes.

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